Podríamos decir que el Festival Aéreo 2018 comenzó con muchas horas de adelanto, en plena noche del sábado. El reloj pasaba de las 22.30h del sábado cuando en el cielo irrumpieron silenciosamente los dos aviones Grob 109 de la Patrulla Aerosparx como si se tratara de sendas luciérnagas gigantes. A lo largo de 12 minutos hicieron un despliegue de pirotecnia, luces y maniobras imposibles en la oscuridad de la noche. El muro abarrotado se quedó perplejo.
Ya bien amanecido, diez minutos antes de las 12.00h un carrusel de aviones ultraligeras con base en La Morgal cruzaban el eje de la playa de San Lorenzo. Le seguía el Dauphin de la Guardia Civil junto al Casa CN 235, por primera vez en Gijón. Luego fue el turno de Salvamento Marítimo y de Bomberos, quienes literalmente regaron al público. Apenas estos últimos se retiraban de la caja de exposición entraba por el oeste en «botijo» quien no participaba desde 2011, amerizó en al menos tres ocasiones. Le siguió el primer duo de clásicos la Trenermaster y la Chipmunk, dos aviones preciosos que nunca habían volado juntos sobre Gijón. Tras ellos Jorge Macías y su nuevo Laser 300 abrieron el turno de la acrobacia pura. Más tarde entró la italiana Blue Circe con una formación mermada debido a una avería, pese a ello su demostración no desmereció. Le siguieron los Aerosparx que dejaron una de las imágenes más bonitas y recordadas del festival, un torbellino de humo rojiblanco. Después de los británicos los «warbirds» dieron el toque cinematográfico al festival con pasadas increíbles que nos hicieron viajar 70 años atrás en el tiempo. Más tarde aparecía por el oeste el Extra 300 de Voltige, campeón del mundo de vuelo acrobático, fue sin duda una de las estrellas de la mañana, dejando impresionado al público en una de las mejores demostraciones acrobáticas que se recuerdan. Pasadas las 14.00h un estruendo irrumpía sobre la bahía, era el Harrier de la Armada, tras 3 años de ausencia quien realizó uno de los números más aplaudidos y esperados. Apenas había abandonado la caja de demostración dos F 18 a muy baja cota irrumpían con el estruendo de su posquemador. Delirio aeronáutico. Finalmente la Patrulla Aspa puso el broche al festival con una de las imágenes del día, el S-76 encabezando la formación a modo de despedida con la patrulla detrás. Hasta el 2019.